1.- ¿QUÉ ES LA CÓRNEA?

La córnea es la parte anterior transparente del ojo, tiene forma de cúpula y cubre el iris, la pupila y la cámara anterior del ojo. Es uno de los principales elementos refractivos del ojo y debe ser trasparente para que podamos ver con nitidez. La luz pasa a través de la córnea y llega hasta la retina donde se convierte en impulsos nerviosos que serán traducidos en una imagen en el cerebro.

2.- DIAGNÓSTICOS

Existen multitud de procesos y enfermedades que afectan a la córnea. Algunos pueden ser fortuitos y puntuales, como los golpes o traumatismos, úlceras, infecciones, etc. Otros pueden ser parte de enfermedades degenerativas o crónicas, como el queratocono, las distrofias corneales, las cicatrices, las enfermedades autoinmunes, etc.

Entre los principales problemas que afectan a la córnea y pueden producir una pérdida de visión se encuentran:

-Cicatrices en el eje visual: en la córnea aparece una cicatriz secundaria a una herida importante (ya sea por traumatismo, o infección, etc). Esta cicatriz interfiere con la visión normal, ya que la córnea en esa área cicatricial no es transparente.

-Queratocono: es una enfermedad crónica en la que la córnea se va deformando y perdiendo su forma cupuliforme para adquirir forma de “cono”. La córnea se adelgaza y aparece un astigmatismo progresivo que al inicio se puede corregir con gafa o con lentes de contacto. A medida que la enfermedad progresa, si la deformidad es importante, el paciente requiere otras ayudas visuales u otros tratamientos más específicos. Es una enfermedad que se inicia en la adolescencia y afecta a los dos ojos, aunque no igual al mismo tiempo. La deformidad no es visible a simple vista.

-Distrofias corneales: son un grupo de enfermedades de la córnea, degenerativas, no inflamatorias y progresivas. Se caracterizan en su mayoría por aparecer depósitos de diferentes sustancias (colesterol, amiloide, mucopolisacáridos…) en distintas capas de la córnea. Esto hace que la córnea no sea trasparente y el paciente no pueda ver con nitidez. Dentro de este grupo de enfermedades hay dos más frecuentes: la distrofia en “mapa-punto-huella”, donde las capas superficiales de la córnea no se adhieren bien entre sí y causa la aparición de heridas superficiales ocasionalmente dolorosas; y la distrofia endotelial de Fuchs, en la que las capas internas están dañadas y se pierden las células endoteliales de manera progresiva; esto causa que la córnea se hiperhidrate (aparece el llamado “edema corneal”) y el paciente vea borroso.

-Enfermedades autoinmunes: algunas enfermedades autoinmunes pueden afectar al colágeno de la córnea, producir úlceras de repetición y cicatrices que afectan a la visión. En casos graves, estas úlceras pueden llegar a ser profundas y perforar la córnea, requiriendo un tratamiento quirúrgico de urgencia.

-Infección por herpes: el virus del herpes puede afectar a la superficie ocular, e incluso a estructuras más internas del ojo. La infección por herpes es muy común pero no siempre afecta al ojo. En algunas personas, sin embargo, puede ocasionar una infección a nivel ocular, que es autolimitada pero se repite periódicamente en el tiempo, a veces desencadenada por determinados factores los cuales no han sido del todo demostrados (estrés, inmunosupresión, luz ultravioleta…). Si la infección afecta a capas profundas puede provocar cicatrices o edema en la córnea, con la consecuente pérdida de visión.

3.- TRATAMIENTOS

Para tratar la pérdida de visión secundaria a una enfermedad corneal existen diferentes métodos.

Algunas enfermedades que cursan con defectos refractivos altos (como el queratocono) pueden tratarse al inicio con gafas o lentes de contacto. En casos en las que estas medidas no son suficientes existen diferentes tratamientos quirúrgicos para mejorar la visión. Los casos graves donde la córnea está muy adelgazada y la visión es muy pobre se propone un trasplante de córnea.

En general, en los casos de pérdida de visión irreversible causada por cicatrices o por edema corneal, el tratamiento de elección es un trasplante de córnea.

Existen diferentes tipos de trasplante, cada uno adecuado para diferentes enfermedades y pacientes. Es el oftalmólogo el que le indicará al paciente cual es el tipo de trasplante más adecuado para su caso.

4.- PUBLICACIONES DE INTERÉS:

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5.- PREGUNTAS FRECUENTES:

         5.1. ¿En qué consisten las patologías corneales?

Las patologías corneales son muy diversas y pueden producir diferentes síntomas dependiendo de a qué capa de la córnea afecten.

La afectación de las capas superficiales puede provocar heridas y úlceras corneales, algunas crónicas y recurrentes.

La afectación de la capa intermedia puede provocar cicatrices que causan visión borrosa en mayor o menor grado, pero de forma irreversible.

La afectación de las capas profundas, en especial el endotelio, provoca un edema (hiperhidratación) progresivo de la córnea y visión borrosa. Si esta capa se afecta de forma irreversible, el edema y la pérdida de visión también son irreversibles.

Ejemplos de enfermedades que afectan a las capas superficiales: infecciones, traumatismos, sequedad ocular, distrofias corneales, queratocono…

Ejemplos de enfermedades que afectan a las capas intermedias: infecciones, traumatismos, distrofias corneales, queratocono…

Ejemplos de enfermedades que afectan a las capas internas: distrofia endotelial, edema secundario a cirugías oculares complejas, infecciones…

         5.2. ¿A quienes afecta?

Las enfermedades corneales pueden afectar a cualquier persona a cualquier edad, sin embargo, existen diferencias según la patología.

Las infecciones son más frecuentes en portadores de lentes de contacto, tras un traumatismo en la superficie ocular, en personas inmunodeprimidas y en antecedente de infección por herpes.

Las distrofias corneales son muy variadas y algunas pueden aparecer en la adolescencia. Son poco frecuentes, de origen genético, y en ocasiones hay antecedentes de la enfermedad en la familia. En la distrofia corneal de Fuchs los signos aparecen en torno a la 5ª década de la vida y los síntomas aparecen en general en edades más avanzadas, en torno a los 50-60 años de edad.

El queratocono afecta a gente joven, se inicia en la adolescencia y progresa hasta los 40 años de edad, a partir de los cuales es difícil que la enfermedad siga avanzando. Existe un componente genético y es más frecuente en las personas que se frotan los ojos con frecuencia, y asociado a otras enfermedades como la atopia o el síndrome de Down.

La afectación de la córnea secundaria a autoinmunidad es frecuente en personas con diagnóstico de una enfermedad autoinmune sistémica, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso, el síndrome de Sjögren…

Por último, existen otros factores de riesgo para desarrollar una patología corneal: parálisis faciales (donde no hay buena oclusión palpebral), falta de sensibilidad córneal, sequedad ocular importante, inflamación crónica de los párpados, uso de medicamentos tópicos en los ojos que sean irritantes o tóxicos, gente expuesta a riesgos laborales (soldadores, trabajadores del metal). En estos casos, la capa corneal más frecuentemente afectada es la superficial.

         5.3. ¿Hay predisposición genética?

Determinados procesos tienen un componente/causa genética: el queratocono, las distrofias corneales, las enfermedades autoinmunes son varios ejemplos.

Cuando el origen es genético, puede que haya antecedentes en la familia, y en ese caso el paciente lo ha “heredado”, o puede que no haya ningún antecedente, y que el paciente sea el primer portador de la alteración genética (“mutación de novo”), en cuyo caso, sus descendientes tendrán riesgo de sufrir la enfermedad.

         5.4. ¿Qué produce?

La patología corneal puede producir los siguientes síntomas según a qué capa de la córnea afecte:

-Capas superficiales: dolor, heridas de repetición, ojo rojo, visión borrosa leve.

-Capas intermedias: pérdida de visión (de leve a grave)

-Capas profundas: pérdida de visión (de leve a grave)

         5.5. ¿Cómo se diagnostica?

El oftalmólogo realiza varias exploraciones para comprobar la salud de la córnea. La mayoría no son invasivas y ninguna es dolorosa.

La pérdida de visión se objetiva mediante la medición de la agudeza visual con diferentes optotipos. El paciente deberá leer una serie de letras a una distancia determinada.

El diagnóstico de heridas y cicatrices se realiza mediantela exploración en lámpara de hendidura y el uso de tinciones y luces especiales. El paciente deberá sentarse y apoyar la cabeza en la lámpara de hendidura, la cual proporciona al oftalmólogo una visión detallada de la superficie de la córnea a más aumento. Tras la instilación de un colirio se pueden observar la presencia de heridas en la superficie corneal. En la lámpara de hendidura también puede observarse la presencia de edema, de patrones en las distrofias endoteliales, y algunos signos de queratocono.

Algunos métodos más específicos de diagnóstico son:

-Microscopia especular: evalúa el aspecto y el número de células endoteliales. No es invasiva ni dolorosa.

-Topografía/tomografía corneal: evalúa los parámetros refractivos de la córnea, así como su espesor. Se utiliza sobre todo en el diagnóstico de queratocono. No es invasiva ni dolorosa.

-Tomografia de coherencia óptica: se utiliza para la evaluación de la profundidad de cicatrices y para ver en detalle defectos y alteraciones de las capas corneales. No es invasiva ni dolorosa.

         5.6. ¿Qué ocurre cuando no se trata la enfermedad o se retrasa el tratamiento?

Los casos de infecciones y úlceras deben ser tratados con urgencia, dado que pueden conducir a una pérdida irreversible de visión (desde leve a severa) si no se tratan.

Elqueratocono debe ser evaluado periódicamente, pero no siempre requiere tratamiento inmediato. El oftalmólogo decidirá en cada caso cuando conviene utilizar tratamientos más específicos.

Las distrofias endoteliales deben ser diagnosticadas cuanto antes y llevar un seguimiento adecuado, dado que si no son diagnosticadas pueden ocasionar complicaciones en una cirugía de catarata. Si se diagnostican tardíamente y la enfermedad está avanzada, el tratamiento debe ser más agresivo y el resultado visual puede ser peor.

         5.7. ¿Tiene relación con otras enfermedades?

Enfermedades inflamatorias de los párpados, la piel, el colágeno… pueden provocar patología corneal.

Las enfermedades autoinmunes sistémicas que afectan al colágeno están relacionadas con afectación corneal frecuentemente.

Información facilitada por la Dra. Dña. María Satué Palacián

MD, PhD. Especialista en Oftalmología. Secciones de Córnea y Neurooftalmología

Con el agradecimiento de ATCA

Creemos que las relaciones entre las personas diagnosticadas o tratadas constituye una fuente de ayuda mutua en orden a la comprensión de la enfermedad, aceptar el tratamiento propuesto por l@s especialistas en oftalmología que tratan las enfermedades corneales y superar unidos las dificultades técnicas y prácticas que puedan surgir, para lo cual la Asociación de Trasplantados de Córnea de Aragón brinda toda su ayuda y apoyo.